SERenamente Ep. 05 — Ansiedad y estrés no es lo mismo
- Laura de la Cruz

- 21 oct
- 2 Min. de lectura
Ansiedad y estrés: dos palabras del día a día… y dos sistemas que, usados bien, nos protegen. El problema llega cuando se quedan encendidos demasiado tiempo.

En este nuevo episodio de SERenamente hablamos de estrés y ansiedad. Y es que habitualmente los confundimos. Empezamos aclarando conceptos: El estrés es la respuesta del cuerpo ante una demanda concreta (examen, pico de trabajo, mudanza) y suele bajar cuando ese pico termina. La ansiedad es más anticipatoria: tu alarma se activa “por si acaso”, los famosos "y si" aunque no haya un peligro claro, y aparece la preocupación constante, la rumiación y la evitación. En dosis pequeñas, ambas son normales; se vuelven problema cuando duran, crecen o bloquean tu vida (dormir, trabajar/estudiar, estar con otros).
Aquí va un resumen de lo que encontrarás en este episodio:
Definiciones claras: estrés = respuesta a una demanda concreta; ansiedad = alarma anticipatoria que se cuela en todo.
Por qué son tan comunes hoy: ritmo acelerado, notificaciones, comparación en redes, multitarea, incertidumbre y carga mental.
Causas del día a día: falta de descanso y límites, “todo para ayer”, perfeccionismo y diálogo interno poco amable.
Cuándo requiere atención profesional: si los síntomas duran 2–3 semanas, empeoran o interfieren con sueño, trabajo/estudio o relaciones.
Síntomas de ansiedad: preocupación persistente, rumiación, evitación, palpitaciones, opresión en el pecho, molestias digestivas, insomnio, niebla mental.
Descanso y ocio que previenen: horarios regulares de sueño, parar de verdad 10–15′, movimiento suave a diario.
Tecnología y redes: el scroll pasivo (sobre todo nocturno) empeora sueño y sube microestrés; el uso activo e intencional puede ayudar.
Diferencias clave: el estrés baja cuando pasa el pico; la ansiedad persiste y generaliza. Si no cede, consulta con profesionales.
Recuerda, a veces calmar la mente no es hacer más. Es hacer menos.



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